En Ritmo hormiga (2022) van a encontrar infinitos fragmentos de la muestra Los colores de los días, la que hicimos con Eugenia González Mussano en 2021. Van a encontrar un degradé que estaba en esa muestra y que ahora es completamente rojo. Van a dar con textos que trabajamos En el corazón de los animales que llamamos universo, una clínica de poesía que coordina Eloísa Oliva. Van a presenciar un romance entre fotografía y dibujo, y un romance entre dibujo y docencia. Van a encontrar a Emilia Casiva contándonos que en el ritmo no importan ni la fuerza ni el mérito. Van a encontrar dibujos que hago desde hace tiempo también una poesía que dice así:
ríen de panza
cuando desde adentro
una enormidad
de cosquillas
disparadas salen
con impulso
de liebre
iluminada
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Ritmo Hormiga
1º ed. Córdoba 2019: Edición de autor
Lucas Di Pascuale
120 páginas; 21 x 14.5
x 700 ejemplares
Presentación de Ritmo Hormiga en Córdoba con la participación de Emilia Casiva y Manuel Molina. Satélite, abril de 2022.
Texto de contratapa:
Cuando se afirma que las hormigas se mueven como seres sociales no se está diciendo que se parezcan a lxs humanxs (incluso cabe la posibilidad de que se esté diciendo todo lo contrario). Lo que pasa es lo siguiente: el movimiento de las hormigas (sean negras o rojas) está relacionado con el de sus compañeras y con la velocidad dada por la forma en que se mueven lxs demás miembros de la colonia. Como se ve, estamos ante una cuestión de estética, es decir de ritmo, color y forma.
Esta situación presenta la posibilidad de pensar de manera distinta “lo social”, de detenernos ya no en la laboriosidad que justifica un recorrido común, sino en sus saltos y divagues. Y es que el movimiento de las hormigas es discontinuo, sinuoso. Frenan y aceleran, tiemblan, hacen arabescos, dan mil rodeos (ya sé: igual siempre siguen, pero estamos hablando de tiempo y de forma, no de constancia). El ritmo es justamente esa conjugación, y por tal razón en él no importan ni la fuerza, ni el mérito. En eso un buen libro se parece a una hormiga. Uno de los dibujos de este libro, que en el fondo es más bien un poema, dice esto mismo de otra manera: “el sentido es el de la circulación”.
Estas páginas han sido impresas en una tinta mezcla de rojo y negro. La tercera persona es la que habla en casi todas ellas, indicando que quien escribe no puede dejar de mirar el mundo frente a sí. Esto presenta la pregunta: ¿se puede dibujar en tercera persona? Cada vez que unx mira y dibuja, inventa. Inventa —por decirlo así— una vida, una ciudad. Inventar no es cosa de voluntad: ya lo dijimos, es todo cuestión de forma, y ritmo. Pongamos por caso, un ritmo hormiga. Roja, negra, mezcla de ambas.
Emilia Casiva