Los ríos son espejos de agua que se mueven. Los ríos son espejos de agua que nos acercan. Los ríos son espejos de agua que nos distancian. Se parecen a las montañas, a los bosques y a las familias. Entre dos hermanas suele haber de esos bosques, montañas y ríos.

Este río parece calmo. Con piedras y árboles en sus márgenes, con dos mujeres que si bien llegaron juntas, habitan lados opuestos. Una de ellas tiene más fuerza que la otra, una de ellas tiene más puntería que la otra. Se lanzan sus geografías, no como quien tira a matar, sino como quien alcanza.

Es un tirar acompasado, tierno y terco. En cada lanzar, en cada recibir, el volumen de sus envíos se mixtura y se acrecienta, incomodando incluso aquella relación entre fuerza y puntería. Ahora se acercan lo más posible a la orilla en un intento de alcanzar tierra firme y lo logran.

Ahora no, la trayectoria es incompleta y el envío se planta en el agua. Y ese río que parecía calmo y reflejaba perfectamente el mundo se vuelve zigzagueante, ya no es espejo de nada concreto, tan solo agua tragando y desparramando geografías.

Tan solo dos mujeres, cercanas y distantes, unidas por un río.


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Texto a partir del video De cualquier manera pero firme, 2012. Realización: Suyai Otaño, Malén Otaño y Adrian Aldecoa Billoni

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