Ali/Lai Lau/Zip (2014) reúne en dos volúmenes de pequeño formato alrededor de cuatrocientos dibujos de la serie Colecciones, en la que retraté reproducciones de obras de otres artistas. Tanto el tamaño reducido como la organización alfabética —en función del nombre de sus autorxs— reafirman la decisión de desjerarquizar los trabajos referenciados, que ya se manifestaba en la acción misma de copiar imágenes con una técnica unificada.


Ali / Lai . Lau / Zip
1a ed. – Córdoba : DocumentA/ Escénica Ediciones, 2014.
2 volúmenes de 200 páginas cada uno; 15 x 11 cm.
x 500 ejemplares


Lo que podría leerse como un repliegue al “mundo interior” del arte o un aprendizaje compulsivo de lo que estaba acumulado en ese universo -si se quiere- normativo de la noción de artista gestada en la modernidad central generó, sin embargo, algo distinto. Lucas lo manifiesta en estos términos: “Pensé en el dibujo como en una escritura, en la ciudad y las ideas de otros artistas como modelos a retratar. Pensé en el retrato como en un aprendizaje y en ese aprendizaje como el sentido de mi producción”. Hojeaba los libros prestados y seleccionaba con total arbitrariedad algo que quisiera dibujar. A veces porque le resultaba familiar o conocido (extrañaba lo suyo), a veces porque la imagen le gustaba o inquietaba, a veces por todo lo contrario. Luego, devolvía los libros y retiraba otros.

Los dibujos funcionan como deliberadas copias o traducciones a un código único que estandariza cualquier imagen elegida (se trate de pintura, foto, registro de video, escultura, instalación, arquitectura, tipografía, diseño, gráfica, etc.) y equipara sin ningún reparo a Goya con Pettibon. Al pasar esas imágenes a tinta sobre papel, en un copiar incesante que no se permite prueba y error, todo queda igualado. La idea de copiar obras ajenas encierra el gesto contrario al de homenajear: es un intento de captura, de apropiación “turística” de ese legado.

De esa compulsión resulta una versión tosca y literal, por momentos irrespetuosa, por otros, voluntariamente infantil, caricaturesca, tomada de reproducciones de obras que -aunque resuenen familiares- se tornan raras. Lo opuesto a la falsificación: entre estos dibujos y sus referentes no existe ninguna posibilidad de confusión entre original y copia.

Ana Longoni, Buenos Aires 2009

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